Tropiezos de la Evolución Teísta

Adaptado por Josué Hernández, de un artículo escrito por Werner Gitt

La fórmula ateísta (sin Dios) de la evolución es: Evolución = materia + los factores evolutivos (casualidad y necesidad + mutación + selección + aislamiento + muerte) + períodos de tiempo muy largos.

En la visión de la evolución teísta se añade a Dios: Evolución teísta = materia + factores evolutivos (casualidad y necesidad + mutación + selección + aislamiento + muerte) + periodos de tiempo muy largos + Dios.

Como podemos ver, en el sistema de Evolución Teísta Dios no es el Dios Omnipotente de la Biblia, cuya palabra ha de ser tomada seriamente por todos los hombres, sino que está integrado en la filosofía evolucionista.

La Evolución Teísta lleva al hombre a varios tropiezos, entre ellos:

Falsa representación de la Naturaleza de Dios.

La Biblia nos revela a Dios como absolutamente perfecto (Mat. 5:48), santo (Isaías 6:3), y omnipotente (Jer. 32:17). El apóstol Juan nos dice que "Dios es amor”, "luz”, y "vida" (1 Jn. 4:16, 1:5, 1:1-2). Cuando Dios crea algo, su Creación es descrita como "buena en gran manera" (Génesis 1:31), y "perfecta" (Deut. 32:4).

La Evolución Teísta nos lleva a una representación falsa de la naturaleza de Dios ya que la muerte y el dolor son atribuidos al Creador como principios de la Creación. (El creacionismo progresivo, de igual manera, admite millones de años de muerte y sufrimiento antes del pecado).

Dios se convierte en un Dios de los vacíos.

La Biblia dice que Dios es la primera causa de todas las cosas (1 Cor. 8:6)
En la Evolución Teísta el único espacio que se le concede a Dios son aquellas partes de la naturaleza que la evolución, con los medios científicos actuales, no puede explicar. De esta forma Dios es reducido a un "Dios de los vacíos” dejados por la falsamente llamada "ciencia” (1 Tim. 6:20). Esto lleva al punto de vista de que "Dios, por tanto, no es absoluto, sino que Él, en sí mismo, ha evolucionado – Él es evolución.”


Negación de las enseñanzas fundamentales de la Biblia.

La Biblia, en todo momento, asegura ser una fuente de conocimiento inspirada por Dios (2 Tim. 3:16). La historia bíblica de la creación no debería ser entendida como un mito, una parábola, o una alegoría, sino como una crónica-histórica, porque: Todos los hechos descritos en ella están registrados de forma didáctica [para enseñarnos].

En los Diez Mandamientos Dios basa los seis días de trabajo y uno de descanso en el mismo lapso de tiempo que el descrito en la historia de la creación (Ex. 20:8-11). En el Nuevo Testamento Jesús se basa en la creación bíblica para dar respuestas sobre temas tan importantes como el matrimonio (Ej. Mat. 19:4-9). En ningún pasaje de la Biblia se indica que la historia de la creación no deba ser entendida como una crónica de lo que realmente ocurrió.

La doctrina de la Evolución Teísta debilita la forma correcta (objetiva, racional) de leer la Biblia, que es la forma que Jesús, los profetas y los apóstoles utilizaron para leerla, entenderla y enseñarla. Pero, lamentablemente, con la evolución teísta los hechos relatados en la Biblia son reducidos a imaginación mítica y el mensaje de cada palabra de la Biblia y su significado, definitivamente se pierde.

Pérdida del camino para encontrar a Dios.

La Biblia describe al hombre (moralmente responsable) como completamente engañado por el pecado (Ef. 2:1-5; 4:17-20; 2 Tim. 2:26). Sólo aquellas personas que arrepentidas obedecen el evangelio (Hech. 2:38) alcanzarán las bendiciones “en Cristo” (Ef. 1:3-5) quien "vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Luc. 19:10).

La evolución no admite la existencia del pecado en el sentido bíblico de romper la relación con Dios por una transgresión de su ley (1 Jn. 3:4). El pecado pierde su significado, y eso es exactamente lo contrario de lo que el Espíritu Santo hace – Él declara el pecado como malo. Si el pecado lo vemos simplemente como un factor evolutivo no dañino, entonces hemos perdido la necesidad de buscar a Dios en el sentido bíblico (Luc. 24:46-47), lo que no se resuelve incluyendo a Dios en el escenario de la evolución.

La encarnación de Dios se debilita.

La encarnación de Dios (Jn. 1:1, 14; Fil. 2:5-7) es una de las enseñanzas básicas de la Biblia. La evolución debilita la base de nuestra salvación.

El evolucionista Hoimar von Ditfurth habla de la incompatibilidad de la reencarnación de Jesús y el pensamiento evolucionista cuando afirma: "La consideración de la evolución nos obliga inevitablemente a una revisión crítica... de afirmaciones cristianas. Esto se aplica directamente al concepto cristiano de la encarnación de Dios."

La obra de Cristo para la salvación de los hombres se convierte en mito.

La Biblia enseña sobre la creación del primer hombre (Hech. 17:26) del cual venimos todos nosotros. En cambio, la Evolución Teísta no reconoce a Adán como el primer hombre, como tampoco que fue creado directamente de "el polvo de la tierra" por Dios (Génesis 2:7) literalmente como es descrito en el Génesis.

La mayoría de los que creen en la evolución teísta creen que la historia de la creación es un cuento mítico con significado espiritual (aunque no ocupen éstos mismos términos). Sin embargo, el pecador Adán y el Salvador Jesús están totalmente relacionados en la Biblia – Romanos 5:16‑18. Por lo tanto, y lógicamente, si convertimos a Adán en mito debilitamos seriamente el fundamento bíblico de la obra redentora de Jesús, es imposible negar esto.

Pérdida de Cronología Bíblica.

La Biblia nos da una escala temporal para la historia y esto subraya un entendimiento correcto de la Biblia. Ésta escala temporal no puede ser extendida indefinidamente hacia el pasado, ni hacia el futuro. Hay un comienzo bien definido en Génesis 1:1, como también un final en el cual la creación física acabará (Ej. Heb. 1:12).

La duración total de la creación fueron seis días (Ex. 20:11). La edad del universo podemos estimarla basándonos en las genealogías registradas en la Biblia. Y es del orden de varios miles de años, siendo la tierra y el universo relativamente jóvenes.

Gálatas 4:4 señala el acontecimiento más importante en la historia del mundo: "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo”, lo que ocurrió hace aproximadamente 2000 años. El regreso de Cristo en gloria y poder es el mayor acontecimiento esperado en el futuro.

Aquellos que creen en la Evolución Teísta (y creación progresiva) menosprecian las medidas de tiempo dadas por la Biblia, en favor de las escalas de tiempo evolucionistas que implican miles de millones de años, tanto en el pasado como en el futuro (para los cuales no hay ningún fundamento real convincente). Esto puede llevarnos a dos errores: 1) No todas las afirmaciones de la Biblia hemos de tomarlas en serio. 2) Podemos olvidar que Jesucristo va a volver.

Pérdida de conceptos básicos sobre la Creación.

Ciertos conceptos esenciales sobre la creación se enseñan en la Biblia. Estos incluyen: 1) Dios creó la materia sin usar ningún material preexistente. 2) Dios creó primero la Tierra y en el cuarto día la luna, el sistema solar, nuestra galaxia y todos los demás sistemas de estrellas. 3) Este orden de creación entra en conflicto con la idea de "evolución cósmica,” como por ejemplo la teoría del "Big Bang” (la gran explosión primordial).

La Evolución Teísta ignora todos los principios sobre la creación bíblica de este tipo y los reemplaza con nociones evolucionistas, por tanto contradiciendo y oponiéndose a las omnipotentes obras de Dios en Su creación.

Tergiversación de la realidad.

La Biblia lleva el sello de la verdad, y todas sus declaraciones son autoritativas – tanto si versan sobre la fe y la salvación, la vida cotidiana o sobre temas de importancia científica.

Los evolucionistas dejan todo esto a un lado; p. ej., Richard Dawkins dice: "Casi todo el mundo ha creado su propio mito sobre la creación, y la historia de Génesis es simplemente la que fue adoptada por una tribu de pastores del Medio Oriente. Y es tan válida como la creencia de una tribu del oeste africano que dice que el mundo fue creado del excremento de las hormigas.”

Si la evolución es falsa, entonces muchas ciencias han abrazado una idea falsa. En los puntos en los cuales coinciden con la idea de la evolución, esas ciencias tergiversan la realidad. ¡Cuánto más, por tanto, un llamado “Teólogo” que parte de lo que la Biblia dice y abraza la evolución!

Olvidar el propósito.

No hay otro libro histórico con las afirmaciones valiosas sobre el propósito de Dios para el hombre como en la Biblia. Por ejemplo: 1) El hombre es el objetivo de Dios en la creación. (Gen. 1:27‑28). 2) El hombre es el objetivo del plan de salvación que Dios ha hecho. (Is. 53:5). 3) El hombre es el objetivo de la misión del Hijo de Dios. (1 Jn. 4:9). 4) Los cristianos son el objetivo de la herencia de Dios. (Tit. 3:7). 5) El cielo es el destino del pueblo de Dios (1 Ped. 1:4).

La idea de un propósito es repudiada por los evolucionistas. Las adaptaciones evolutivas no persiguen un propósito; por tanto no pueden ser entendidas como si tuvieran un objetivo. Por tanto, una creencia como la Evolución Teísta, que intenta armonizar propósito con no‑propósito, es (lógicamente) una contradicción.

Las doctrinas de creación y evolución son tan fuertemente divergentes que la reconciliación es totalmente imposible. Los que creen en la Evolución Teísta intentan integrar las dos doctrinas; sin embargo esa fusión reduce el mensaje de la Biblia a un mensaje insignificante. La conclusión es inevitable: No hay ninguna base en la Biblia para sostener la Evolución Teísta y sus derivados.



¿Qué implica la Evolución Teísta?

La evolución se apoya en procesos que permiten el aumento y mejora en organización de lo simple a lo complejo, de la no existencia de vida a la existencia de vida, y de las formas inferiores de vida a las superiores.

Las fuerzas conductoras de la evolución son la mutación, la selección, el aislamiento y la mezcla. Casualidad y necesidad, largos periodos de tiempo, cambios ecológicos, y muerte son factores adicionales indispensables. La línea cronológica del proceso de evolución es tan larga que cada uno puede creer en tanto tiempo como quiera.

Además de las anteriores suposiciones, hay tres creencias adicionales que se aplican a la Evolución Teísta: 1) Dios usó la evolución como herramienta para crear. 2) La Biblia no contiene ideas relevantes o útiles concernientes a la ciencia actual sobre el origen de la vida. 3) Las afirmaciones hechas por los científicos evolucionistas tienen prioridad sobre la Biblia. Y según esta falsa doctrina, la Biblia debe ser reinterpretada en aquellos pasajes en los que contradice la visión evolucionista del mundo actual.



Josué Hernández A.
La Serena. Chile.